Bendito otoño… ¡A correr!
28/09/2018
El otoño suele ser sinónimo de “vuelta a la normalidad” en el trabajo, universidad… retomamos los hábitos de todo el año que hemos cambiado por el verano y las vacaciones. Además de ser la estación en la que en televisión nos bombardean con todo tipo de coleccionables e iniciativas para emprender nuevos proyectos, es el momento ideal del año para correr.
El factor determinante es el buen tiempo o, al menos, que el calor empieza a irse y podemos correr más horas que durante el estío. Eso sí, por el contrario, los días empiezan a ‘acortarse’ en horas de luz y debemos tener precaución y volver a vestir con colores llamativos y reflectantes cuando no hay sol para evitar accidentes.
De cualquier forma, sin duda esta es la estación más propicia para correr de todo el año, el momento ideal para empezar o para ‘reengancharte’ a esta pasión. Salir por la mañana temprano o ya anocheciendo, con más de una capa de ropa para empezar a evitar el frío, reencontrarnos con la lluvia o con el olor a tierra mojada cuando salimos al campo a entrenar… ¡Esto es vida!
Además, en cuanto a rendimiento, también es mucho mejor correr en esta época precisamente porque refresca. El calor, las altas temperaturas, son nuestro enemigo número uno si queremos correr rápido.
Así que si has empezado a correr en verano, en cuanto llegue el frío notarás una rápida mejoría en los tiempos de tus entrenos y carreras. No todo será de color de rosa, precisamente en estos días tienes que empezar a cuidarte un poco más para evitar resfriados o enfriamientos… Es el momento de llevar ropa seca y de abrigo en el maletero del coche o en el bar al que vamos después para tomarnos la cerveza, porque es esencial cambiarnos en cuanto terminemos de correr, incluso antes de estirar.
Está demostrado que los runners dejamos de correr más días al año por los resfriados que por lesiones derivadas de nuestra práctica deportiva. Ojo a si haces salidas muy largas, porque tras un esfuerzo prolongado nuestras defensas se quedan ‘al mínimo’, y se le unimos la bajada de temperatura somos una diana fácil para los enfriamientos.
Aunque a muchos nos apetezca abrigarnos para salir a correr hay que intentar no pasarnos y llevar lo justo. Es normal tener sensación de frescor al empezar a correr, pero en cuanto llevemos 5 minutos de trote entramos en calor y nos sobrará casi todo el abrigo que llevemos. No hay que exagerar y es mejor pecar por defecto que por exceso. Para los más frioleros suele ser suficiente con usar una gorra/gorro y unos guantes a primera hora de la mañana. ¡Deja algo para el invierno!
El otoño también es especial porque suele ser la época en la que los corredores construimos la ‘base de entrenamientos’ para todo el año. Hay que tener paciencia y ser conscientes de que una buena pretemporada, al igual que hacen los futbolistas por ejemplo, es la clave para disfrutar el resto del año del running. El otoño es el momento de hacer ejercicios de fuerza, cuestas, escaleras, visitar el gimnasio para fortalecer el tren inferior…¡A correr!