Cómo cuidar bien nuestros pies (incluso en verano)
11/08/2017
Nuestros pies son al running lo que las ruedas a la Fórmula 1 o a MotoGP: nuestro punto de unión, tracción y estabilidad cuando corremos. No vale con cuidarlos, debemos mimarlos, y más en épocas complicadas como el verano, ya que el calor extremo, el sudor o el uso de calzado más ligero pueden causarnos problemas.
Lo primero y más recomendable SIEMPRE es visitar al podólogo para que nos revise nuestros pies, nos trate las durezas, problemas en las uñas… y nos diagnostique cualquier problema que pudiéramos tener (¡y que muchas veces desconocemos!). Normalmente sólo recurrimos al podólogo cuando tenemos una ampolla que nos está dando la lata, o cuando hemos perdido alguna uña por el roce de las zapatillas en una tirada o competición larga… Y es un error. Al igual que pasa con los fisioterapeutas, en la prevención está gran parte del éxito luego en nuestras carreras y entrenamientos diarios.
En segundo lugar es esencial elegir bien el calzado que vayamos a usar. Que no nos quede justo o pequeño (los tejidos de nuestros pies tienden a expandirse con el paso de los kilómetros, con el calor) para evitar rozaduras y contactos desagradables, pero que tampoco nos ‘baile’. Entre nuestros dedos y la puntera de la zapatilla debe haber espacio suficiente.
Los dos principales problemas de nuestros pies, esos que pueden hacernos parar en medio de una competición, son las ampollas y los problemas con las uñas. Unos calcetines mal colocados, con arrugas, o el roce con alguno de los elementos duros de la zapatilla suelen ser la causa de las dolorosas ampollas. Y lo peor es que las ampollas, el líquido que se ‘encapsula’ en nuestra piel, se pueden infectar.
Para evitar la aparición de estos problemas tan desagradables por el roce con las zapatillas lo ideal es que evites estrenar nada en una competición (especialmente en la montaña o de más de 10km por asfalto). Prueba a usar vaselina en los dedos, en la punta, uñas y en los espacios que hay entre los propios dedos, y no lleves los pies húmedos. Usa calcetines técnicos, nada de calcetines muy gruesos. Mientras más ajustados a tu pie menos problemas te darán.
Y recuerda, parar a tiempo es una victoria. Si hay dolor, no sigas ;)