Correr me hace feliz
03/04/2014
Me gusta correr. Me hace ser feliz. Y tú, ¿por qué corres?
Cuando nos hacen esta pregunta siempre solemos lanzar una respuesta rápida del tipo “porque necesitaba perder peso”, “porque fumaba mucho y necesitaba hacer ejercicio”, “porque quería ponerme en forma”, “porque quiero terminar un maratón”, “para tomarme una cerveza después con l@s amig@s”… Pero en el fondo, tras varias semanas saliendo a correr tod@s coincidimos en que correr nos hace ser más felices. Esa es la clave, por eso este bendito deporte, actividad o hobby ‘engancha’ tanto, por eso empezamos corriendo en el parque, luego nos apuntamos a una carrera de 5-10km, luego pensamos en hacer nuestra primera media maratón, terminar un maratón…
Es fácil encontrar objetivos a corto, medio y largo plazo en nuestra trayectoria como runners, pero es sencillo precisamente porque la esencia, lo que nos divierte y motiva, es esa sensación tan placentera cuando terminamos un entrenamiento, una carrera en el parque o una competición. Da igual. Terminar de correr y tomarnos una cerveza, ducharnos, sentarnos en el sofá con los ‘deberes’ hechos, es una sensación de felicidad única. Cruzar la meta brazos arriba aunque no hayamos logrado el objetivo de lograr la marca deseada, compartir un brindis con los compañeros de fatigas tras un rodaje en el bar, chequear nuestro plan de entrenamientos para ver qué nos toca hacer el siguiente día… Correr es sinónimo de felicidad.
Por eso, la próxima vez que me pregunten “¿por qué corres?” voy a ir al grano y les voy a decir “porque soy feliz, no hay más”. Me gusta correr. Me gusta sentirme vivo, desconectar del mundo, del trabajo, de los problemas, los días que quiero, a la hora que yo quiero. No es cuestión de explicar a los que no corren que a veces entrenamos para llevar un ritmo determinado en una prueba o para bajar de tal marca, ni de convertirse en finisher de un maratón o de un trail durísimo con no sé cuántos kilómetros de desnivel acumulado, eso lo entendemos perfectamente los que corremos, y sabemos lo que cuesta. Es cuestión de felicidad. Soy feliz mientras corro. Punto.
Además de esa felicidad íntima por el mero hecho de hacer deporte, de desconectar, también está la sensación de ir logrando retos, de superarse día a día, hacer más rápido el mismo trayecto que cubrimos a diario… Esos otros argumentos y objetivos son los complementos perfectos a nuestra actividad, nuestro acicate… Correr es pasión. Correr nos ayuda a mantenernos jóvenes, en forma, sanos. Correr nos ayuda a conocer a gente fantástica, sólo tienes que pasarte por cualquier de los grupos Beer Runners en cada ciudad y descubrirás a gente genial con tus mismas inquietudes. Correr nos hace únicos.
Correr me hace feliz. ¿Y a ti?