La teoría de las capas
08/12/2017
Es invierno. Hace frío. Llueve. Hace viento. Hay menos horas de sol... y este podría ser el típico post de “cómo evitar el frío corriendo”. Para eso tenemos un truco muy antiguo y efectivo, mucho más efectivo que gastarte un dineral en ropa técnica de última generación. Todo hay que decirlo, esa ropa técnica de última generación súper cara (de 100€ para arriba un cortavientos que apenas pasa del centenar de gramos…) es también muy útil. Pero hay soluciones más económicas para todo.
La cuestión estas semanas de ola de frío es evitar la noche o la primera hora de la mañana, y seguir a rajatabla la “teoría de las capas”. Con 2 ó 3 capas deberíamos tener suficiente para correr en casi cualquier condición. La primera capa, la que llevamos más cerca del cuerpo debe ser muy transpirable, una buena camiseta técnica que deje salir el sudor y nos mantenga secos. La segunda capa puede y debe ser más gruesa, incluso hasta de algodón, o de material técnico pero más ‘mullida’. Y la tercera puede ser o bien tipo ‘corta vientos’ o bien impermeable o tipo ‘chubasquero’ en caso de lluvia o de mucha humedad.
En las piernas con una buena malla de invierno (sí, hay mallas para correr más o menos gruesas, incluso algunas con ‘pelitos’ por dentro) sería suficiente. Y las zapatillas si pueden ser de Goretex o especiales para el invierno, mejor, ya que casi todas la marcas tienen versión de invierno de sus zapatillas estrella. No olvides usar guantes y un buen gorro, ya que casi todo el calor corporal se escapa por la cabeza.
Un buen consejo para el invierno es calentar en casa antes de salir: trotar sin moverse del sitio, dar saltos durante varios minutos, hacer movilidad articular… para salir con la temperatura corporal elevada al exterior.
Eso sí, por muchos consejos que te den, lo mejor para combatir el frío es correr en compañía. ¡Siempre! Nada como charlar, correr en grupo, para olvidarse del gélido frío a cualquier hora. Y nada mejor que cambiarse la ropa mojada rápido y entrar al bar para tomarse una cerveza. Eso sí que es un gustazo. ¡Viva el invierno y vivan los Beer Runners que nos acompañan todas las semanas, llueva o truene!