Un día duro, un día fácil…
06/05/2016
Aunque desde este blog llevamos ya varios años recomendándote que te pongas en manos de un entrenador de atletismo porque es la mejor inversión que puedes hacer para mejorar como corredor, evitar lesiones y lograr tus objetivos, hay muchos runners que no quieren, pueden, o simplemente, salen a correr sin muchos objetivos… De todas formas, incluso si sólo corres por correr, el asesoramiento de un entrenador es esencial.
Dicho esto, sí que hay algunas pautas que todo deportista popular que se precie tiene que saber. Hay una regla de oro que debemos cumplir: si un día entrenas fuerte (ritmo alto, competición, tirada larga, series, cuestas…) al día siguiente deberías descansar totalmente o hacer una sesión muy suave, como salir a rodar a ritmo lento y no demasiado tiempo.
El cuerpo necesita descanso y regenerarse tras un esfuerzo intenso. Si tras un día de entrenamiento fuerte no te das tregua, en vez de progresar lo más probable es que corras riesgo de lesionarte, sobreentrenarte… Según el nivel físico que tengas, o lo avanzado que seas como corredor, no deberías de hacer más de dos días fuertes a la semana, intercalando descansos totales o activos (montar en bici suave, salir a nadar…)
La regla de “un día fuerte, un día suave” puede ser útil siempre y cuando cada dos o tres semanas bajes también durante una semana el kilometraje total. Es decir, el cuerpo necesita también ‘tregua’ cada 15-21 días para asimilar el entrenamiento.
Con esta regla tan simple lo único que queremos transmitirte es que no tiene sentido no correr durante 3-4 días y luego querer recuperar todo el tiempo perdido el fin de semana sin parar, haciendo series y compitiendo, o un ritmo fuerte y luego una tirada larga extenuante… Más vale que seas regular y comedido a que intentes hacer en dos días lo que no has hecho en cinco.