¿Qué va a pasar con las carrera populares? ¿Cómo serán los maratones de aquí a un año?
16/02/2021
Pues lo único que parece claro es que, si hay grandes eventos en 2021, no serán como antes. Mascarillas, distancia social, salidas por oleadas (en pequeños grupos), pruebas PCR que acrediten la salud del corredor 48 horas antes de la prueba o incluso certificados de haber sido vacunados... Todos estos escenarios parecen hasta previsibles, sobre todo cuando nuestras grandes pruebas en ruta están trabajando en protocolos de seguridad para garantizar los permisos y la viabilidad de su celebración en esta fase de la pandemia originada por el Coronavirus. Mientras en los “Majors” como en Londres se habla de mantener su maratón con 50.000 participantes en otoño (el ritmo de vacunación en UK es mayor que el que tenemos en Europa), la realidad es que el grueso del calendario oficial de carreras populares se ha pospuesto sin mucha esperanza para septiembre-octubre-noviembre.
Las pequeñas carreras de menos de 500 participantes parece que serán las únicas que puedan celebrarse más o menos como hasta ahora. Especialmente los trails y las pruebas alejadas de los grandes centros urbanos podrán “jugar” con los horarios, alargar los tiempos de cortes para hacer salidas escalonadas con un máximo de 5-10 runners a la vez. Será claramente una involución en el tamaño de las competiciones. Porque incluso las normativas autonómicas establecen criterios y números en cierto modo diferentes según el momento/catalogación del nivel de la pandemia. Nadie puede ahora mismo afirmar si en octubre estaremos en una nueva oleada o, si por el contrario, la situación estará mucho más controlada que ahora.
El formato “Contrarreloj” llegará para quedarse, o el novedoso sistema de correr sobre un trazado fijado por la organización pero que permite correr en él de forma individual al participante durante una horquilla de días. Serán como las carreras ‘virtuales’ a las que nos hemos acostumbrado, cada uno correrá cuando quiera/pueda, pero tendrá que hacerlo sobre un recorrido real e igual para todos los que salgan en la clasificación. Habrá que olvidarse de las ‘Ferias del corredor’ e incluso de ir a recoger el dorsal a un punto físico, y los avituallamientos se replantearán para evitar el contacto físico entre voluntarios y atletas.
Sin duda esta nueva era tiene sus pros y sus contras, porque en términos de rendimiento y motivación no es lo mismo estar arropado en una carrera por otros corredores que hacerlo tú solo. Eso sí, al menos seguimos teniendo objetivos y las competiciones serán algo más reales y justas.
Parece que la atmósfera, el ambiente que rodea a todas estas carreras icónicas, no será posible en 2021, al menos si planteamos un escenario realista con la situación que tenemos a mediados de febrero. De cualquier forma, el mundo del running, al igual que la economía en general, o sectores también en malos momentos como el de la cultura (conciertos, grandes eventos…), depende de la Ciencia y de los posibles avances y soluciones de los próximos meses. Posiblemente, hasta verano no tengamos alguna respuesta concreta sobre lo que se nos viene encima en cuanto a las opciones de ponernos de nuevo un dorsal.
Los eventos deportivos de masas están reinventándose. Y toca pensar con cierto optimismo. En otoño de 2021 correremos carreras. Seguro que no será como a finales de 2019. Pero volveremos a ponernos un dorsal. Y será con garantías para nuestra salud. Seguro.
Qué ganas de cruzar la meta de uno de esos grandes maratones que se celebran en España, y de brindar y compartir la emoción del éxito con los amigos y compañeros.