Correr menos días para correr más rápido: entrenar ‘descansado’ nos hace correr mejor

La cuestión es eliminar esos entrenos que no sirven para nada y reemplazarlos por trabajo de fuerza como gomas, pesas, escaleras, cuestas… Se debe encontrar un equilibrio razonable y que nos evite machacarnos innecesariamente. Por ejemplo, cada vez está más claro que incluso en el caso de los corredores populares es fundamental intercalar como mínimo dos días de descanso (o tres) cada semana, o correr un día sí o un día no, un día sí, un día no. El descanso es esencial para asimilar las cargas de entrenos, y si un día te ‘machacas’ haciendo una tirada larga, o un entrenamiento a ritmos fuertes, al siguiente hay que descansar, hidratarse y comer correctamente, y no sumar dos días de ‘calidad’ seguidos, porque posiblemente ni los profesionales son capaces de asimilarlos o podrán evitar las temidas lesiones por sobrecarga.

Además, entrenar descansado es mucho más placentero y agradable que hacerlo arrastrando cansancio o molestias del día anterior. No hay muchos secretos, pero sólo el descanso en su justa medida tras una carga de entrenamiento apropiada es lo que realmente nos hace correr más lejos, más rápido… El progreso viene por la suma del trabajo y la recuperación.

En definitiva, hay que entrenar variado, no hacer todos los días lo mismo, y seguir un plan de entrenamientos elaborado para ti por un profesional del entrenamiento y el ejercicio físico. Búscate un entrenador. Este es el primer paso al éxito en tu próximo objetivo runner.

Pasarnos de rosca, sobre entrenarnos, suele ser el principio del fin, es decir, la llegada de una lesión, la desmotivación o incluso un retroceso en nuestro rendimiento. A veces no entiendes el motivo por el que no has rendido en una prueba, y muchas veces es debido a que has llegado poco descansado o con cansancio casi crónico en tu físico. Tómatelo con calma, vigila tu sueño, y vigila tus pulsaciones por la mañana recién levantado, ya que si te la tomas todos los días rápidamente verás que aquellas jornadas en las que estás cansado tienes más altas las pulsaciones que aquellos días que estás descansado.