Correr por potencia: el futuro ya está aquí
02/06/2022
Si hay una revolución que está a punto de llegar al mundo del running, y cuando decimos a punto es YA, nos referimos a empezar a correr y a entrenar mirando la potencia que generamos, y no la velocidad o el ritmo minutos/kms, el pulso u otras variables.
Es decir, en breve casi todos empezaremos a entrenar por “potencia” midiendo vatios. La potencia en el running se mide (o mejor dicho, ‘se estima’) indicando la cantidad de energía que ejercemos en cada zancada contra el suelo.
La ventaja fundamental de estimar lo potencia frente a ritmo o pulso, es que nos permite estructurar nuestro entrenamiento olvidándonos en cierta medida de elementos ‘externos’ como el clima, la pendiente, el tipo de superficie donde corremos… Digamos que se entrena con mucha más precisión y objetividad que hasta ahora. La potencia es la mejor manera de medir la intensidad del ejercicio que hacemos. Se representa con esta fórmula: P (potencia) = F (fuerza) x V (velocidad). Aunque, afortunadamente, los gadgets modernos resuelven las ecuaciones sin necesidad de que pensemos y calculemos nosotros mismos…
Esta revolución no es nueva, es una adaptación de lo que ha pasado en el mundo del ciclismo. Prácticamente la totalidad de ciclistas profesionales (y muchos de los cicloturistas o ciclistas populares) entrenan en función del potenciómetro que llevan en la bicicleta y no por el medidor de velocidad. Al igual que pasa con los entrenamientos por pulso, lo esencial es determinar las distintas zonas de entrenamiento en función de la potencia que podemos ejercer para trabajar los umbrales. Es decir, podemos medir perfectamente cómo nos estamos esforzando o saber con exactitud que estamos a punto de llegar a nuestro límite controlando los vatios.
Obviamente, entrenar por potencia es una vuelta de tuerca más, y lo ideal es ponerte en manos de un entrenador especializado en este ámbito. Y ojo que incluso muchos de los entrenadores actuales no tienen todavía claro cómo aplicar esos datos a nuestros entrenamientos. Queda mucho por investigar y por poner en práctica. Gracias a los vatios y midiéndonos nuestro FTP (la potencia media máxima que un ciclista/corredor puede generar durante 60 minutos, aunque hay ‘test’ también de 5 ó 20 minutos) podremos establecer los porcentajes de potencia a los que corremos en las distintas zonas de entrenamiento: calentamiento, aeróbico y anaeróbico, interválico extensivo e intensivo… Nuestro FTP varía según nuestro estado de forma, así que habrá que hacer tests para ir viendo nuestro FTP a lo largo de la temporada y reajustar las zonas de entreno.
¿Y cómo vamos a medir nuestros vatios corriendo? Este ha sido el principal problema: institucionalizarlo. Si bien hay medidores de potencia específicos para colocar en nuestras zapatillas (como Stryd, el más desarrollado y usado en el mercado) y que transfieren los datos a nuestros relojes gps y móviles, hoy en día los relojes GPS como muchos de los modelos de Coros, Garmin y Polar, entre otros, son capaces de estimar los vatios que generamos desde nuestra muñeca, a través de complejas fórmulas que cruzan datos. La cuestión es que, por fin,