Entrena despacio para competir rápido…
27/01/2021
Una de las frases que más repiten los corredores veteranos es la de “entrena despacio para competir rápido”. Por supuesto, esto no quiere decir que haya que correr siempre al “tran-tran” y que esto nos garantice que el día que nos pongamos un dorsal logremos una nueva mejor marca personal…
Una de las claves para evolucionar como corredores está en diversificar nuestros entrenamientos, en hacer cosas diferentes, seguir un plan de entrenos estructurado y variado. Hace no mucho os hablamos sobre “entrenar por zonas” y nos sirve para poner el acento en uno de los errores principales que cometemos casi todos cuando empezamos a correr, o cuando tenemos poco tiempo y creemos que saliendo a tope hacemos más que corriendo lento. Y no es así.
Es habitual que alguien que comienza en el mundo del running salga a trotar siempre por el mismo recorrido, y que cada día intente hacerlo más rápido. Al principio, el margen de mejora es tan grande que lo lograremos fácilmente, incluso mejoraremos nuestras marcas en cada carrera. Lamentablemente esto no siempre es así de fácil.
Otros piensan que correr ‘lento’ es perder el tiempo, y nada más alejado de la realidad… Correr a ritmo suave (que permita ir hablando sin que se nos entrecorten las palabras) tiene múltiples beneficios: nos permite recuperarnos mejor del esfuerzo, sirve para tener base aeróbica, nos permite correr más tiempo, prepara nuestros tendones y articulaciones para cargas más exigentes… Si quieres investigar más, hay un principio del entrenamiento para corredores de fondo que se llama “polarizado”, y que recomienda no hacer más de un 20% de los kilómetros semanales a ritmos fuertes. Por lo tanto, rodar suave debería ser prioritario para nosotros.
Pasarnos con los ritmos entre semana lo único a lo que nos llevará será a estar más cansados el fin de semana. Eso sí, tampoco tiene ningún sentido salir a trotar despacio todos los días o, al menos, si lo que queremos es progresar en nuestras marcas y en nuestro estado físico.
Mucho más trascendente para mejorar es hacer un trabajo estructurado de fuerza, como las cuestas, escaleras, ejercicios con gomas, gimnasio… y es mucho más beneficioso a corto y medio plazo que correr a ritmos medios-altos sin sentido. Además, el riesgo de lesión se minimiza entrenando la fuerza y, sin embargo, se multiplica con esos rodajes ‘a fuego’ o con esos piques que a veces tenemos con los compañeros de entrenamiento y que nos lleva a esforzarnos más de la cuenta. Como también dicen a menudo los veteranos: “las competiciones con dorsal, no entrenando”. Ya sabes, más cabeza y menos velocidad. En el running, no siempre más rápido es mejor.